La hostilidad y descalificaciones al árbitro electoral, la polarización y una eventual reforma electoral que borre los avances democráticos, son los principales retos que enfrenta el Instituto Nacional Electoral (INE) de cara a los comicios de 2024, aseguró el Consejero Jaime Rivera.
Durante su conferencia magistral “El INE y sus desafíos”, afirmó que a pesar del respaldo ciudadano con el que hoy cuenta la institución, existe un riesgo latente de que esta continua hostilidad socave la confianza, un pilar fundamental en la organización de procesos electorales.
“No se trata de silenciar ninguna opinión de otros actores, sino de emitir información de calidad que resulte convincente y restaure la credibilidad de la propia autoridad, pero, sobre todo, del proceso electoral en su conjunto. Es de temer que la hostilidad permanezca porque socava la confianza y no auguro nada bueno para para el futuro electoral del país”, sentenció.
Al recordar las seis grandes reformas que buscaron equilibrar las contiendas electorales en México, el Consejero Rivera aprovechó para hablar de una posible reforma que fortalezca el sistema electoral y deje ilesos los pilares de la democracia.
No obstante, reconoció que el ánimo de quienes hablan de la reforma parece ir en una dirección que resulta preocupante y que, de aprobarse, constituiría un retroceso de las reformas que han creado un sistema electoral que ya probó su fortaleza y autonomía.
“Cuando se habla de desaparecer el INE o convertirlo en un organismo que en la práctica estuviera subordinado a un partido o al gobierno, significaría un retroceso de más de 30 años en la vida electoral de México y eso debería considerarse inadmisible”, expuso.
En este contexto avizoró tres escenarios: el primero, limitándose a cambios procedimentales que podrían mejorar o no el sistema; una ampliación de derechos y mayor equidad en la representación política, que sería lo más deseable; o la supresión de autonomía del INE ya sea por disposiciones legales o por una sustitución anticipada de consejeros.
El Consejero Rivera señaló que existe un paso natural que dará el INE en el 2023 con la salida de cuatro consejeros, incluida la Presidencia, dentro de un esquema que se adoptó para evitar subordinar a la autoridad electoral a la mayoría en turno o al gobierno.
Por lo que evidenció la responsabilidad que tendrá la Cámara de Diputados para que este proceso de renovación parcial se mantenga con un amplio consenso por parte de todas las fuerzas políticas y perfiles con experiencia, independencia y compromiso democrático.
Asimismo, se manifestó a favor de mantener en el proceso de designación una regla que ha estado presente desde hace 25 años para que quien encabece la Presidencia del ahora INE no pertenezca de ninguna forma al bloque gobernante.