Por: La Redacción.
Ciudad de México., a 2 de marzo del 2022.- La FIFA anunció la suspensión de los equipos representantes de Rusia tanto masculinos como femeninos al igual que los clubes de ese país, de todas las competencias de forma indefinida. Eso significa, casi con toda seguridad, que Rusia no participará en el Mundial de Catar de noviembre próximo.
En la fecha anterior, la FIFA condenó el «uso de la fuerza por parte de Rusia en su invasión a Ucrania».
En muchos sentidos, éste es un movimiento sin precedentes por parte del ente que regula la actividad del fútbol mundial. A continuación, presentamos un cuestionario para entender mejor las decisiones tomadas por la FIFA y sus implicaciones.
Rusia debía jugar el repechaje del Mundial masculino a finales de este mes y la Eurocopa femenina en julio. ¿Existe alguna forma de revertir la decisión?
En el caso del fútbol masculino no es probable. El repechaje de Rusia ante Polonia estaba programado para el 24 de marzo, y la FIFA tendría que readmitir a la selección. Eso no ocurrirá a menos de que se concrete la paz y Rusia se reconcilie con la mayoría de la comunidad mundial, incluso Polonia, que ha expresado sus intenciones de boicotear cualquier partido prevista con la selección de Rusia. (El sorteo para determinar los ocho grupos mundialistas se realizará el 1 de abril in Doha, Catar.)
El caso de la Eurocopa femenina es un poco distinto, ya que faltan cuatro meses para la celebración del torneo. Esperemos y oremos porque haya suficiente tiempo para que termine la guerra y se llegue a un desenlace positivo. Pero en estos momentos eso parece ser una posibilidad remota.
La FIFA suspende miembros todo el tiempo. Apenas la semana pasada suspendieron a Kenia y Zimbabue. El años pasados le ocurrió lo mismo a Chad Pakistán.
Por lo normal sucede debido a interferencias gubernamentales a federaciones miembros, casos de corrupción o irregularidades financieras. A veces puede ocurrir a consecuencia de casos de dopaje o corrupción deportiva. Sin embargo, es muy raro ver la suspensión de una nación miembro por razones políticas. Ocurrió con Yugoslavia en 1992, justo en el momento más álgido de su guerra civil, y le pasó a Suráfrica en 1961 debido a la política de segregación racial de ese país conocida como apartheid y su insistencia en jugar con equipos conformados únicamente por jugadores de raza blanca. Sin embargo, hay aspectos clave que distinguen a este caso del resto.
La celeridad de la decisión. La invasión a Ucrania comenzó hace menos de una semana. Más significativamente, en los dos casos antes mencionados, la FIFA actuó después de la emisión de resoluciones por parte de Naciones Unidas. En 1992, Yugoslavia fue vetada al día siguiente de que una resolución de la ONU impusiera sanciones por las atrocidades cometidas en Bosnia. Fue reemplazada en el Campeonato de Europa por la selección de Dinamarca, que terminó ganando el torneo. El veto de Suráfrica, que duró más de cuatro décadas, se produjo luego que una resolución de la ONU de 1960 exigiera al gobierno de ese país abandonar sus políticas de apartheid y discriminación racial.
En esta ocasión, aún no existe una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condene la invasión.
Rusia es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Por ende, es capaz de vetar cualquier decisión. Por eso, la resolución presentada, que exige el retiro inmediato de tropas rusas de Ucrania, efectivamente fue vetada.
La FIFA es una organización deportiva, no política. Una cosa es vetar a un país por motivos políticos cuando se tiene el apoyo de la ONU. Otra totalmente distinta es cuando no tienes el apoyo del organismo multilateral y debes responder a tus 211 miembros, algunos de ellos con opiniones distintas a las de la mayoría de los países occidentales, que querían una expulsión de Rusia sin mayor delación.
Si bien a veces puede parecer un monolito liderado por un presidente todopoderoso como Gianni Infantino, no es que él haya tomado la decisión personalmente esta vez. Fue tomada por un ente llamado Buró de la FIFA, que es una forma elegante de denominar a una videoconferencia vía Zoom sostenida entre Infantino y los presidentes de seis confederaciones: a UEFA, CONMEBOL, CONCACAF, Confederación Africana de Fútbol, Confederación Asiática de Fútbol y Confederación de Fútbol de Oceanía.
Algunos de los asistentes querían la suspensión inmediata de Rusia, agregando una serie de condiciones para su readmisión tales como el retiro de Ucrania y un pacto de paz. Otros fueron más cautos.
Como dijimos anteriormente, no todos compartían los mismos sentimientos fuertes sobre a un veto a Rusia, similar al criterio de muchos países miembros de la OTAN. Algunos sienten que hay un doble discurso. Después de todo, la FIFA no vetó a Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Polonia y el resto de los miembros de la llamada “Coalición de Voluntad” cuando invadieron Irak en 2003 sin autorización explícita de Naciones Unidas. Tampoco sancionó a Arabia Saudita cuando bombardeó Yemen en 2015.
La FIFA y sus confederaciones miembros querían asegurarse de contar con suficiente apoyo en público. Y lo más probable es que sabían que lo iban a tener; sin embargo, debían pasar por este proceso.
La decisión recibió mayor apoyo el pasado lunes cuando el Comité Olímpico Internacional emitió un comunicado pidiendo vetar a Rusia. Ahora bien, el COI no es la ONU, pero sigue siendo una importante organización mundial. En ese momento, el Buró de la FIFA también se sintió con poder suficiente para proceder desde el punto de vista legal.