Por: La Redacción.
Ohio, EUA., a 24 de febrero del 2023.- Las primeras conclusiones de la investigación federal sobre el descarrilamiento masivo de principios de febrero en el estado norteamericano de Ohio de un tren con decenas de vagones cargados con sustancias tóxicas determinó que el siniestro era «evitable al cien por cien» dado que los sensores que detectaron el sobrecalentamiento de los rodamientos de las ruedas del tren, causa principal del descarrilamiento, estaban calibrados a una temperatura excesivamente elevada.
La presidenta de la Junta Nacional para la Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB), Jennifer Homendy, lamentó las circunstancias de un descarrilamiento que podría representar un peligro a medio o largo plazo para la población de East Palestine, la más afectada por el incendio de las sustancias tóxicas que transportaban los vagones, parte de las cuales podrían haber acabado en el río cercano.
«Llamamos a estas cosas accidentes pero no son accidentes. Lo que ha pasado era evitable al cien por cien», lamentó Homendy durante una rueda de prensa en Washington D.C., donde además anunció que los residentes de East Palestine podrán escuchar de primera mano esta información la próxima primavera, cuando se conozcan más detalles sobre los posibles efectos del descarrilamiento. Homendy, no obstante, avisó que el informe final del siniestro podría tardar hasta dos años en ver la luz del día.
De momento, y en entrevista con ABC News, Homendy confirmó que la causa principal del siniestro había sido un fallo de rodamiento, la pieza que conecta la rueda con el eje de los vagones. De acuerdo con las imágenes de las cámaras de vigilancia locales, el tren presentaba «uno de estos rodamientos en uno de los estados finales de sobrecalentamiento antes del descarrilamiento del tren».
El tercer y último sensor de alerta registró una temperatura final de 253 grados por encima del máximo crítico antes de lanzar la alarma y ordenar a los conductores que detuvieran el tren con la ayuda de un freno automático de emergencia que acabó desencajando los vagones de la vía. De acuerdo con las reglas de la operadora del tren, Norfolk Southern, sus sensores dan orden de parar cuando la temperatura excede los 170 grados, pero esta normativa no tiene alcance nacional y depende más bien de las propias compañías.
Empleados de la compañía, bajo condición de anonimato, revelaron la semana pasada a la cadena CBS que el vehículo había experimentado fallos mecánicos dos días antes del descarrilamiento y que transportaba una carga a todas luces exagerada: 151 vagones, entre ellos una veintena con elementos nocivos, para un peso total de unas 18 mil toneladas. Hasta el momento, la Junta Nacional para la Seguridad del Transporte de Estados Unidos ha constatado «indicios preliminares de problemas mecánicos en uno de los ejes», a la espera de recabar más información.
Un total de 38 de estos vagones acabaron saliéndose de la vía, de los cuales al menos once contenían acrilato de butilo y, sobre todo, gas de cloruro de vinilo, empleado para la fabricación de plásticos y potencialmente cancerígeno. El incendio desatado por el descarrilamiento —acompañado de una explosión que lanzó una bola de fuego a casi un kilómetro de altura— obligó a la evacuación inmediata de buena parte de los 4.700 residentes de East Palestine tanto por la liberación del gas en los vagones descarrilados como en los otros nueve coches con sustancias tóxicas que seguían en la vía.
El lunes 6 de febrero, Norfolk Southern tomó la decisión de efectuar una «expulsión controlada» del gas y del resto de los productos químicos que contenían los otros nueve vagones; un procedimiento que, según el gobernador del estado de Pensilvania, Josh Shapiro, fue llevado a cabo «tal y como estaba planeado» y sin mayor trascendencia para la población. Sin embargo, expertos como el exjefe de Bomberos de Ohio Silverio Caggiano, han avisado de que la liberación del gas ha abierto una posible crisis medioambiental y sanitaria cuyos efectos podrían permanecer latentes entre 15 y 20 años, según comentarios recogidos por WFMJ, filial local de la cadena NBC.
La publicación del informe federal, el jueves por la tarde, ha coincidido con la primera visita del secretario de Transporte, Pete Buttigieg, al lugar del descarrilamiento tras recibir numerosas críticas de la oposición republicana por su tardanza en visitar el lugar.
Ya en East Palestine, el secretario defendió su decisión al explicar que siguió las normas de la NTSB para no entorpecer la investigación federal, y ha llegado incluso a valorar la reciente visita al lugar del expresidente estadunidense Donald Trump. «Tengo un mensaje muy sencillo para figura política nacional que haya decidido involucrarse en esta difícil situación: necesito su ayuda. Si se lo toman en serio, es posible evitar que más comunidades atraviesen esta situación», explicó.
Con información de Europa Press.