Por: La Redacción.
El Paso, Texas., a 27 de julio del 2023.- Al considerar que las personas con visas vencidas que viven en Estados Unidos son un problema serio, el senador republicano JD Vance (Ohio) presentó un proyecto de ley que exigiría a viajeros y personas con visas temporales a pagar hasta $15,000 dólares al ingresar al país.
El plan del senador republicano obligaría a cualquier persona con una visa de “no inmigrante” a pagar al menos $5,000 dólares, pero incluso hasta $15,000 dólares cada vez que ingresen a EE.UU.
Eso afectaría a turistas, estudiantes, visitantes de trabajo, trabajadores religiosos, personas con visas temporales de trabajo, entre otras.
“Estados Unidos es una nación acogedora, pero también somos una nación de leyes”, dijo Vance en un comunicado. “Hay millones de personas en este país que han abusado de nuestro sistema de visas y eludido nuestro proceso de inmigración legal”.
Una vez que esas personas salgan de EE.UU. se les devolverá el dinero, pero si se quedan en el país y dejan vencer su permiso, entonces el efectivo se irá a un fondo especial.
La propuesta es que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) forme la “Cuenta de Detención y Ejecución de Inmigración”, la cual financiaría la detención y deportación de aquellos que ingresaron con visa al país y no se fueron.
Una vez expulsadas, dichas personas tampoco podrían solicitar asilo posteriormente.
Según Vance hay aproximadamente 700,000 personas con visas que dejan vencer su documento mientras se encuentran en EE.UU., es decir, terminan siendo inmigrantes indocumentados.
“Me enorgullece presentar esta legislación y traer un poco de cordura a nuestro fallido sistema de inmigración”, dijo Vance.
El monto de pago por cada persona será caso por caso, pero no será menor de $5,000 dólares ni mayor de $15,000 dólares, según la propuesta.
Las personas que están en proceso de adquirir una visa por violencia doméstica o por ser víctimas o testigos de un delito, no estarían contempladas en esta propuesta.
Este plan no es nuevo, ya que el expresidente Donald Trump implementó un plan piloto en 2020, enfocado a 24 países, principalmente de África.