Por: La Redacción.
El Paso, Texas., a 26 de julio del 2023.- Un grupo de editoriales y vendedores de libros fincó una demanda federal el martes con la que intenta impugnar una nueva ley de Texas sobre clasificación de libros.
Los demandantes afirman que la ley dejaría a libros clásicos fuera de los salones de clase y
bibliotecas de las escuelas públicas del estado. Romeo y Julieta y De Ratones y Hombres serían prohibidos por su contenido sexual.
Dicha ley requerirá, a partir del 1 de septiembre, a las librerías catalogar los libros que vendan o hayan vendido a las escuelas por su contenido sexual.
A aquellos que no cumplan la ley se les podría prohibir hacer negocios con las escuelas.
Los demandantes sostienen que la ley es anticonstitucional, difusa, viola los derechos de libre expresión y representa una carga indebida para los libreros.
La intención con la demanda es neutralizar la ley antes de que entre en vigor el 1 de septiembre.
La nueva ley fue refrendada por el gobernador repúblicano Greg Abbott, una de varias iniciativas en estados conservadores del país para prohibir o controlar el material de lectura.
Un juez federal en Arkansas presidió una audiencia el martes sobre una demanda contra una ley de ese estado que sometería a los vendedores de libros y bibliotecarios a cargos penales si suministran material “dañino” a menores.
Al firmar la ley de Texas, Abbott la elogió diciendo que “saca esa basura de nuestras escuelas”.
Entre los demandantes en la querella de Texas están las librerías BookPeople de Austin y Blue Willow Bookshop de Houston, la American Booksellers Association, la Association of American Publishers, Authors Guild y Comic Book Legal Defense Fund.
Estas organizaciones alegan que la ley impone una pesada carga a los vendedores de libros al tener que evaluar miles y miles de títulos que han vendido en el pasado y otros nuevos que se publican cada año.
“Los libreros no deben ser puestos en la coyuntura de tener que determinar qué sirve mejor a todas las comunidades texanas”, declaró Charley Rejsek, director ejecutivo de BookPeople.
“Cada comunidad es individual y tiene necesidades diferentes. No es responsabilidad del gobierno imponer lineamientos locales. Ese es trabajo de los bibliotecarios y maestros”.
Según la nueva ley de Texas, material “sexualmente relevante” que describa o represente sexo pero sea parte del plan de estudios podría ser verificado con los padres.
Una clasificación de “sexualmente relevante” podría abarcar cualquier relación sexual y extenderse a libros sobre salud, libros históricos, enciclopedias, diccionarios y textos religiosos, dice la demanda.
Un libro sería “sexualmente explícito” si el material es considerado ofensivo o ajeno al plan de estudios. Esos libros serían retirados de las bibliotecas escolares.
Cuando fue promulgada, los críticos de la nueva ley texana anticiparon que lo más probable es que sería utilizada para combatir materiales sobre las identidades LGBTQ.
“Todos queremos que nuestros hijos sean aceptados, acogidos y que puedan verse a sí mismos y a sus familias en los libros y planes de estudio de las escuelas públicas”, manifestó Val Benavidez, director ejecutivo de Texas Freedom Network.
Las autoridades estatales revisarían las clasificaciones de los proveedores de libros y podrán pedir cualquier cambio si las consideran incorrectas.
Los distritos escolares y escuelas charter tendrían prohibido comprar material a libreros que se nieguen a cumplir las nuevas disposiciones.
El representante estatal Jared Patterson, uno de los autores republicanos del proyecto de ley, dijo que esperaba la demanda pero que cree que la ley será ratificada en corte.
“Percibo claramente que la extrema izquierda hará lo que sea para poder seguir sexualizando a nuestros niños”, dijo Patterson.