Por: Alejandro Borja.
Chihuahua, Chih., a 9 de octubre del 2023.- La violencia en Chihuahua derivado a la irrupción del narco se ha agudizado no solamente porque este fenómeno se ha logrado “colar” en las filas de los mandos policíacos, sino también en la denominada “narcopolítica” misma que le arrebató la vida a la periodista y corresponsal de La Jornada, Miroslava Breach Velducea.
Y es que para nadie es un secreto que los grupos criminales son precisamente “titeres” de grupos de poder político que permanecen desde la oscuridad moviendo los “hilos” del poder para perpetuarse en el mismo.
Desde la atomización de los grupos criminales en el sexenio de Felipe Calderón, en el país se originó un incremento en la tasa de homicidios en México debido a la disputa de los estados. Así lo señaló el geógrafo y maestro en Población y Desarrollo, Baruch Sangines, durante su análisis del mapa interactivo realizado por el Mexico Violence Resource Proyect: Mapping Criminal Organizations.
Podemos recordar los dicho por el presidente Andrés Manuel López Obrador en febrero de 2019, en una de sus tradicionales conferencias de prensa por la mañana, donde el mandatario federal defendió el enfoque de la nueva estrategia: “no se han detenido a capos, porque no es esa nuestra función principal… la función principal del gobierno es garantizar la seguridad pública, ya no es la estrategia de operativos para detener capos”.
En ese sentido, sentenció: “no hay guerra, oficialmente ya no hay guerra”. Sin embargo, siguen los operativos contra líderes como los más recientes en Culiacán, Sinaloa contra liderazgos del Cártel de Sinaloa en octubre de 2019, en Ciudad de México contra la Unión Tepito o en Guanajuato contra el Cártel de Santa Rosa de Lima; ya sea desde la Fiscalía General de la República, o desde la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal o coordinados por las Fuerzas Armadas o con auxilio de las autoridades estatales y locales.
También continúan los enfrentamientos entre las agencias de seguridad del Estado y grupos de civiles armados, y, por tanto, la violencia. En ese sentido, resulta útil comprender la configuración de las principales organizaciones criminales del país y su presencia en el territorio nacional.
Después de estas declaraciones y al haber transcurrido cuatro años, la violencia continua a la alza logrando alcanzar en lo que va de la Administración de Andrés Manuel López Obrador, las fiscalías han registrado 167 mil 336 homicidios dolosos en México, superando la cifra de 150 mil 454 homicidios dolosos de Enrique Peña Nieto, quien a su vez superó por mucho a Felipe Calderón quien registró 122 mil 319 muertes derivadas a la “Guerra contra el Narco”.
Pero aquí lo peligroso no es quien superó las cifras de muertos, sino el vínculo que se ha estado dando y de manera cínica entre los grupos criminales con personajes de la política, artística y empresarial, a caso no recuerdan los vínculos que salieron a la luz de la investigación de la periodista Anabel Hernández, donde desnudó la relación de artistas de Televisa y Azteca con líderes criminales.
O bien el vínculo que se ha dicho incluso de manera pública entre Omar García Harfuch y García Luna, lo mismo ocurre también en Chihuahua con los vínculos entre el alcalde de Urique y el líder criminal José Noriel Portillo Gil “El Chueco” quien hasta patrocinaba los partidos de béisbol, también se ha acusado a la alcaldesa de Nuevo Casas Grandes, sin embargo, todo queda en medio de la especulación, ni se comprueba, mucho menos se sanciona, solo se deja pasar.
Criminales van y vienen, algunos de ellos son ejecutados, otros tantos detenidos y hasta extraditados, pero el círculo vicioso continua, pero cada vez con más ferocidad, sin detenerse devorandolo todo incluso la vergüenza y la capacidad de asombro de quienes a diario vivimos inmersos en esta sociedad cada vez más violenta.