Por: La Redacción.
Israel., a 12 de octubre del 2023.- Unos 70 terroristas del movimiento islamista palestino Hamás irrumpieron en el tranquilo kibutz de Kfar Aza, en el sur de Israel, y ejecutaron a todo aquel que se le cruzó por su camino, incluidos unos cuarenta bebés. Los cuerpos acribillados a balazos de los residentes fueron encontrados en los terrenos del kibutz, entre casas quemadas, muebles esparcidos y automóviles incendiados.
Cuando los militantes palestinos irrumpieron en el kibutz al amanecer del sábado pasado, «prendieron fuego» a varias casas en lo que había sido una comunidad bulliciosa «para obligar a sus ocupantes a salir», dijo Omar Barak, un oficial israelí de 24 años.
«Pero muchos prefirieron morir en los incendios… que ser asesinados por los terroristas», dijo sobre la ola de combatientes de Hamas que se infiltraron en las comunidades del sur de Israel desde la Franja de Gaza. «Hemos encontrado muchos cadáveres dentro de las viviendas», dijo el oficial. «Nunca había visto algo peor. Me derrumbé cuando vi los cuerpos de dos niños asesinados».
Los soldados israelíes fueron de casa en casa para retirar en bolsas negras los cuerpos de las decenas de personas masacradas, entre las cuales había familias enteras. Fuera de las casas destruidas, los soldados dijeron a la prensa prensa que vieron los cuerpos de bebés junto a sus cunas, con las cabezas cortadas, en una señal de los actos depravados cometidos por los terroristas desde que atacaron Israel el sábado.
Hasta 40 bebés y niños pequeños murieron, dijeron soldados de las FDI a i24News. Las desgarradoras imágenes difundidas por ese medio mostraron la cuna cubierta de sangre y su ropa ensangrentada.
«Los militares israelíes dicen que todavía no tienen un número claro de víctimas. Pero estoy hablando con algunos de los soldados y dicen que lo que han presenciado mientras caminaban por estas diferentes casas, estas diferentes comunidades… bebés, sus cabezas cortadas. Eso es lo que dijeron, familias completamente tiroteadas en sus camas”, relató la periodista de i24News Nicole Zedeck, que visitó el lugar este martes.
«Ves a los bebés, a las madres, a los padres, en sus dormitorios, en sus salas de protección y cómo los terroristas los matan. No es una guerra, no es un campo de batalla. Es una masacre, es una actividad terrorista», dijo el general de división israelí retirado Itai Veruv, que visitó el lugar del desastre. Reconoció haber quedado en shock al ver «todos los cuerpos de los civiles… los niños muertos».
Según Veruv, las fuerzas israelíes lucharon contra «ola tras ola de terroristas de Hamas» durante 17 horas en Kfar Aza. Había «70 terroristas totalmente armados y totalmente capacitados», dijo. «En 40 años de servicio vi muchas cosas difíciles, pero nunca algo como esto», agregó.
La comunidad agrícola de Kfar Aza está situada a sólo dos kilómetros de Gaza, que Israel bombardeó implacablemente este martes en represalia por el peor ataque a su territorio en décadas.Unas 400 personas vivían allí, de los cuales más de 100 fueron asesinados aunque algunos incluso adelantaron que la cifra asciende a 150.
Los residentes estaban acostumbrados a las tensiones y la violencia que involucraban a los palestinos, pero optaron por vivir cerca de la bloqueada Franja de Gaza. Algunos creían que tenían que mantener una presencia israelí cerca del enclave costero, incluso después de que Israel retirara sus tropas de allí en 2005, mientras que otros habían establecido sus hogares allí porque era más barato que en otras partes de Israel.
Un kibutz es un asentamiento exclusivo de Israel que tradicionalmente se basaba en la agricultura y que comenzó centrado en la idea de ser una comunidad judía utópica. En las últimas décadas, algunos fueron privatizados y hubo cambios en el estilo de vida comunal, pero las ideas fundamentales siguen siendo las mismas: una sociedad voluntaria en la que la gente vive de acuerdo con un contrato social específico.
Ahora, en una parte del kibutz, donde los residentes habían mantenido limpio el césped fuera de sus modestas casas, se encuentran las ruinas de un planeador motorizado utilizado por los militantes. Las pertenencias de los residentes yacían esparcidas por el suelo, incluido un camión destruido cerca de un silo de cereales y un casco rosa.
El kibutz de Be’eri fue otro escenario del terror
El despiadado asesinato de familias inocentes en el kibutz de Kfar Aza por parte de terroristas de Hamás es sólo una de las muchas masacres perpetradas desde que los hombres armados lanzaron su ataque sorpresa el 7 de octubre. Otras ciudades y asentamientos cercanos a la frontera con Gaza también fueron blanco de la primera oleada de ataques de Hamas, como Ofakim, Sderot, Yad Mordechai, Yated y Kissufim.
El kibutz de Be’eri fue otro escenario del terror: allí, los milicianos del movimiento islamista mataron a «más de 100 personas». Los pobladores calcularon que decenas de los 1.200 integrantes del kibutz murieron o fueron tomados rehenes en el ataque lanzado el sábado coincidiendo con una festividad judía.
El periódico Times of Israel informó que Hamas tuvo el control del kibutz de Be’eri durante 17 horas. «Había muchos, más de cien» muertos, contó el portavoz de la ONG Zaka, Motu Bukjin, que participó en la identificación de las víctimas. Los milicianos «dispararon contra todos, asesinaron a sangre fría a niños, bebés, ancianos, a todos», agregó.
Reich Alon, de 58 años, dice que escuchó explosiones cuando el lugar fue atacado: «Creíamos que eran truenos», relató la mujer. Poco después se percató de que su pequeña comunidad estaba siendo atacada. Con la familia refugiada en un cuarto seguro, construido para casos de ataques con cohetes, su casa fue incendiada a su alrededor. «No teníamos idea de lo que estaba pasando», pero se escuchaban gritos en árabe, recordó.
Un video surgido este martes mostró que los combatientes de Hamas mataron a tiros al perro de una familia antes de irrumpir en su casa e incendiarla. Otra escena desgarradora del mismo kibutz mostró cómo un segundo grupo de militantes de Hamas obtuvo acceso al recinto cerrado masacrando a civiles casi a quemarropa mientras estaban sentados en un automóvil.
Desde el ataque del sábado, el peor sufrido por Israel en 50 años, los militantes de Hamas mataron a unas 900 personas y se llevaron a unos 150 rehenes de regreso a Gaza. En represalia, Israel bombardeó Gaza dejando también 900 muertos y funcionarios israelíes dijeron que encontraron 1.500 cadáveres de combatientes militantes en el sur.
