Estados Unidos.- El Gobierno de los Estados Unidos comenzó a enviar de vuelta a su país a haitianos que habían acampado en una localidad fronteriza de Texas, al tiempo que impedía el paso a otros que querían cruzar la frontera desde México. La gran demostración de fuerza dio inicio a la que podría ser una de las mayores y más rápidas expulsiones estadounidenses de migrantes y refugiados en décadas.
Más de 320 migrantes llegaron el domingo a Puerto Príncipe en tres vuelos, y Haití señaló que esperaba otros seis vuelos el martes. En total, las autoridades estadounidenses preveían expulsar a muchas de las más de 12.000 personas acampadas en torno a un puente en Del Río, Texas, tras cruzar desde Ciudad Acuña, México.
Estados Unidos tiene previsto organizar siete vuelos diarios de expulsión a partir del miércoles, cuatro a Puerto Príncipe y tres a Cap-Haitien, según un funcionario estadounidense que no estaba autorizado a comentar el tema de forma pública. Los vuelos seguirán saliendo desde San Antonio, aunque las autoridades podrían añadir otra ruta desde El Paso, añadió.
Algunos haitianos cruzaban el río con cajas sobre la cabeza llenas de comida. Varios se quitaron los pantalones antes de entrar en el río y los mantenían fuera del agua. Otros no parecían preocupados por mojarse.
Los agentes gritaban a los migrantes que cruzaban, con el agua hasta la cintura, y les decían que salieran del agua. Los cientos de personas que habían logrado cruzar y esperaban en la rivera estadounidense recibieron órdenes de dirigirse al campamento en Del Río. Agentes mexicanos en una lancha dijeron a otros que querían cruzar que volvieran a México.
En los últimos años, un gran número de haitianos ha emigrado a Estados Unidos desde Sudamérica. Muchos de ellos salieron de su país caribeño tras un devastador terremoto en 2010. Cuando se acabaron los empleos asociados a los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro, muchos emprendieron a pie, en autobús y en auto el peligroso viaje hacia la frontera de Estados Unidos, que incluía pasar por la temida Jungla del Darién en Panamá.
Fuente: AP