Por: La Redacción.
Ciudad de México. a 6 de enero del 2022.- La Fiscalía General de la República (FGR) pidió hasta 39 años de prisión para Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, por diversos delitos relacionados con una investigación que se le sigue por corrupción relacionada a la brasileña Odebrecht.
Lozoya, quien fue extraditado desde España a mediados de 2020, es acusado de haber solicitado dinero a cambio de contratos a Odebrecht para la campaña que llevó a Enrique Peña Nieto a la Presidencia del país entre 2012 y 2018.
La FGR acusó formalmente a Lozoya, líder de Pemex entre 2012 y 2016, por lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho que, juntos, suman penas de hasta 39 años de cárcel, dijeron dos fuentes a Reuters, las cuales solicitaron el anonimato por no estar autorizadas a ventilar detalles del caso.
En la acusación, la FGR asegura que Lozoya recibió más de 9 millones de dólares en sobornos de Odebrecht, que ocultó en empresas fachada y propiedades en colusión con su madre y otros familiares. A cambio de este dinero, la constructora brasileña se vio favorecida con contratos durante la gestión de Peña Nieto, entregados sin que tuviera que competir en licitaciones.
Las fuentes agregaron que la pena es únicamente por la investigación relacionada a Odebrecht. Además, el exfuncionario es señalado por ordenar la compra en 2013, con sobreprecio, de la planta de fertilizantes Agronitrogenados, mientras estuvo al frente de la petrolera estatal.
Hasta fines del año pasado, Lozoya había enfrentado su proceso en libertad, pero fue puesto tras las rejas luego de que fueran divulgadas fotos de él mientras cenaba con amigos en un lujoso restaurante en una de las zonas más exclusivas de Ciudad de México, lo que provocó indignación.
El exdirectivo, quien se declaró inocente ante un juez, se ha convertido en una pieza clave en los esfuerzos del presidente Andrés Manuel López Obrador para exponer la corrupción que, según él, privó en el país durante los gobiernos anteriores al suyo, que inició a fines de 2018.
Su caso ha generado un fuerte revuelo en México: en sus testimonios, Lozoya ha acusado tanto a Peña Nieto como a otros expresidentes, así como una decena de exfuncionarios de aceptar sobornos, recibir pagos ilícitos y otros actos de corrupción.